Perder el control de tu negocio (y parecer desesperado)

La mayoría de emprendedores no tienen el control de su propio negocio.

Mira.

Lo veo muy claro con las clases de ballet clásico a las que asisto aquí en Palermo.

Sinceramente, voy porque no hay muchas opciones, pero me pone muy nerviosa ver cómo la persona que lo lleva pierde completamente el control de su negocio.

Y eso no sólo le hace perder autoridad, sino que además denota miedo y desesperación.

Resulta que si tú quieres asistir a las clases tienes dos opciones: o pagar el mes, o pagar un carnet.

El carnet te permite decidir sobre la marcha si vas o no vas a clase.

Yo pago el mes porque en estas cosas soy más alemana que Claudia Schiffer.

Pero me encuentro con que cada día que hay clase, la profesora pregunta en un grupo de Whatsapp que quién va a asistir a la lección.

Entonces, si sólo somos 2 personas, que esto ha pasado más de una vez, la clase se suspende.

Esto, a mí que pago el mes, no me afecta en términos de dinero, porque la clase que salto me la traspasan a la siguiente, pero me trastoca la vida y lo peor, siento que el servicio que estoy recibiendo no está a la altura de mis expectativas.

La profesora está dejando en manos de los clientes el control de su negocio.

¿Te parece normal?

A mí no.

El colmo ha sido cuando esta semana ha escrito un mensaje preguntando que cuándo queremos comenzar las clases.

Y ahí claro, cada cual...

Que si yo no he vuelto aún.

Que si yo sí, pero me duele la uña del pie.

Que si yo prefiero empezar el 9 de septiembre.

Que a mí me va bien empezar después de la super luna azul porque soy Sagitario y tengo Mercurio retrógrado atacando a los marcianos...

A ver.

Si quieres que te tomen en serio tú debes poner las reglas.

Tú debes decir el día que se empieza y debes hacer pagar la mensualidad a todos. 

Debes exigir un compromiso.

Y para saber cómo hacer eso...

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