Ni montoncitos ni mojoncitos
Cosas que se hacen por imitación.
Hace años estuve en Formentera.
Fue un viaje genial. Yo no tenía carnet de conducir y todos me decían que estaba loca, que cómo me iba a mover en bici eléctrica por esa isla.
Es lo mejor que pude hacer.
El ritmo de la bici detiene los paisajes.
Recuerdo ir al faro de Cap Barbaria, donde va Paz Vega en motocicleta en la famosa película.
Allí, alrededor del faro, se acumulaban cientos de montoncitos de piedras.
Como mini esculturas.
Una cosa inquietante, como extraterrestre.
Pero en realidad no.
Es tan tonto como que llegó uno, hizo su montoncito y pensó: «¡Ah! ahora estoy más conectado con el Universo».
Y detrás vino otro y dijo: «Si hago un montoncito de piedras y doy tres vueltas a su alrededor, encontraré el amor de mi vida».
Y el tercero pensó otra chorrada más grande que las anteriores e hizo su montoncito de piedras.
Y el resto ya ni se molestó en pensar, fue allí y dejó su mojoncito para la posteridad.
¡Qué tontería más grande, eh!
Pues pasa lo mismo con las webs.
Que como todo el mundo tiene web pues todo el mundo se hace una web.
Así, sin pensar mucho.
Y es una gran pérdida de dinero porque primero, estaría bien pensar si realmente la necesitas, y después, si la vas a hacer, que sirva para algo.
Y bueno, llámame loca, pero si encima tienes un negocio, lo suyo es que sirva para vender o conseguir clientes.
Que se base en una estrategia.
¿No?
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