Ladrones de medio pelo. Robar emails no.


Hablando con un potencial cliente el otro día le preguntaba...

—¿Ya tienes lista de correo?

—Bueno... soy un poco desorganizado. En realidad tengo un Google Doc donde he ido apuntando los correos de algunos clientes e interesados...

—No, espera. Eso no vale. Me refiero a una base de datos de personas que VOLUNTARIAMENTE se han dado de alta en tu newsletter.

—Ah, no, eso no.


Veamos.

Eso no se puede hacer.

Es decir, tu agenda de contactos de Gmail NO es tu base de datos.

Tú no puedes coger todos los correos que pilles en tu agenda y de un día para otro empezar a mandarles tu newsletter.

Bueno, puedes.

Pero lo primero que haces es quedar como un ladrón... ¿O no te ha pasado nunca que has recibido una newsletter y has pensado... «¿En qué momento me apunté yo a esta lista?»?

Y lo segundo es que te pueden denunciar, la cosa es seria. 

Y bueno, lo siguiente es que vas a tener una audiencia que no estaba interesada en recibir lo que mandas, con lo cual tus ventas se verán resentidas.


Otra cosa es que tú escribas a tus contactos y les digas...

«¡Holi! Quiero contarte que he empezado un proyecto de XXX, tengo una nueva web y estoy mandando a mi lista de correo consejos para XXX (lo que sea)».

Y les invitas a visitar tu página de captación.

Y ya que estás, pones un anuncio en la red en la que más te muevas. Así vas captando más suscriptores.

Y arreglas bien tu página de ventas, porque de los correos que escribas les vas a llevar a donde vendes tus cosas.

Y bueno, lo ideal es que dejes programados (…).

Lo que sigue lo saben los que me leen todos los días.

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