Que sigan ahí vociferando
¿Te he hablado alguna vez de la sirena de las ambulancias en Palermo?
Bueno, no solo en Palermo, creo que en toda Italia, al menos en Nápoles también era así.
Cómo explicarlo...
Mira.
Vivo en un 5º piso (pero podría ser un octavo por la altura de los techos del edificio) y con las ventanas cerradas a cal y canto, un cliente con el que estaba reunida por Zoom esta mañana, me ha dicho...
«¿Qué?¿Vienen del manicomio a encamisarte?».
Vamos, que las ambulancias aquí tienen un volumen y un sonido tan molesto que se te mete en la cabeza como el moscardón más cojonero.
Pero claro, es normal.
El tráfico es brutal en la ciudad.
Hasta el Smart más diminuto atrona con su reggaeton. Diría que esa música celestial atraviesa la estratosfera.
Puedo ver a los marcianos en sus cráteres perreando al más puro estilo papito.
Imagina los que estamos en la Tierra.
O en el 5º piso...
Pues eso, que si el nivel de ruido es elevado, las ambulancias tienen que gritar más que nadie para que se las vea venir.
Vale.
Pasa un poco lo mismo en el ecosistema del emprendedor online.
Que hay tanto ruido que los que quieren destacar tienen que gritar más que el resto.
Y están todos ahí en sus cuentas de Instagram gritando al unísono.
Pero espera.
No te quedes afónico.
Tú no tienes por qué pasar por esto.
Hay algo mucho más silencioso que puedes hacer con tu negocio
Pero tsssss... no se lo digas a nadie.
Que ellos sigan pensando que lo de mandar correos es cosa de carcas.
Y que sigan ahí, vociferando...
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