Te besaría ahora
Fueron a cenar sushi.
Él la acompañó a casa en coche.
En ese momento tenso de la despedida, ella le dijo:
—¿Nos intercambiamos los teléfonos?
—¿Justo ahora?— Dijo él nervioso.
—Sí, ¿cuándo si no?
Mientras él apuntaba el número le saltaron notificaciones en la pantalla. Suspiró avergonzado.
—¿Tinder?— Dijo ella.
—Sí— Respondió él apurado.
A ella le entró la risa.
Él la miró y le dijo:
—Te besaría ahora, pero tengo miedo de saber a pescado.
—¿Me estás diciendo que no me vas a besar porque sabes a pescado?
—Sí— Dijo él sintiéndose idiota perdido.
—¡A mí me gusta el sushi!— Gritó ella deseando ese beso.
Y ahora es cuando la pantalla se codifica y les dejamos intimidad a estos dos.
Vale.
Lo digo siempre.
Mostrarte vulnerable te hace más humano.
Y ser humano te hace ganar importantes batallas como…
Ventas.
O besos.
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