Un detalle muy tonto
No sé si es tu caso, pero lo que suele pasar es esto:
Quieres vender online y te haces una web.
Como no tienes ni puñetera idea del valor del copywriting, porque te crees que es algo que tiene que ver con los derechos de autor, pues escribes tú los textos.
O tu prima la periodista que hace unas crónicas de Pulitzer.
O tu vecino el del quinto que dice que escribe bien y que te hace el favor.
Muy bien.
Te estás ahorrando dinero.
Pero no del tuyo, no.
Te estás ahorrando ese dinero que no vas a vender y que no llegará nunca a tus bolsillos.
Todo por un detalle muy tonto: escribir y escribir para vender, no tienen nada que ver.
Bien.
Qué va a pasar si los textos de tu web te los escribe un copywriter y no uno que presume de escribir...
- Sonarás radicalmente distinto a tu competencia y, por ello, mucho más interesante para tus clientes potenciales.
- Te acercarás más al que te lee. Y, ¿sabes una cosa? Cuanto más cerca, más ventas.
- Conseguirás que las visitas se deslicen por tu página hasta hacer click en el botón, en el de compra, no en el del pánico.
- Mostrarás, sin duda, una imagen más profesional, lo que se traduce en confianza, y la confianza no solo da asco, también retiene clientes.
- Tus visitas entenderán mejor tu oferta, te harán menos preguntas y ganarás tiempo para tu vida. El tiempo es oro, ya lo decía Constantino Romero.
- Una visita a tu web funcionará como una primera conversación con tu cliente potencial, que es el primer paso para cerrar una venta.
- Crearás un vínculo inmediato y tu lector pensará: «¡Ah! este fulano me entiende, puedo confiar en él».
- Conseguirás clientes con los que tendrás una conexión real. Los “mejores clientes” de los que te hablaba arriba. Trabajarás más contento, te lo aseguro.
- Te ahorrarás lo que cuesta un comercial trabajando 24/7 para ti todos los días del año durante muchos años. Saca la calculadora.
Bien.
Si todo eso te parece valioso para tu negocio…
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