El efecto ECI en las webs
Hay un problema que tienen la mayoría de las webs.
Bueno, varios, pero hay uno muy común.
Los puntos de fuga.
¿De qué va esto?
A ver.
Seguro que has entrado en El Corte Inglés más de una vez.
Aunque sea porque estabas en Sevilla un 15 de agosto a 45 grados centígrados y era el único lugar con aire acondicionado.
Vamos, que estoy segura de que has estado allí.
Bien.
¿No recuerdas haberte sentido un poco como los protagonistas de 'La bruja de Blair' en su bosque maldito?
O sea, terroríficamente desorientado.
Perdido como un barco en un mar oscuro sin faro.
Seguro que sí.
Y seguro que también sabes que no es casualidad.
Por alguna razón desde que entras allí no ves la luz del sol.
Por alguna razón llega un momento en el que sientes que has entrado en un laberinto del que nunca más lograrás salir.
En Ikea pasa algo muy parecido.
Yo lo llamo el efecto ECI o el efecto Ikea.
Básicamente, es una estrategia para conseguir lo que quieren estas empresas.
Que pases más tiempo allí dentro, que des vueltas como una peonza para que aumenten las probabilidades de que tropieces con algo que llevarte a la caja.
Vale.
Volviendo a las webs.
Los visitantes se van porque entra demasiada luz del sol y encuentran salidas.
Hay que construirlas como trampas.
Dirigiendo la navegación para que el cliente potencial acabe haciendo lo que tú quieres que haga.
Que dejen su correo.
Que pidan un presupuesto.
Que hagan click en el botón de compra.
Que bailen una sardana...
Lo que tú quieras.
¿Te has fijado en la mía?
Yo lo que quiero que hagas es que me des tu dirección de correo.
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