El erotismo en el copywriting

El capítulo más erótico de todos los tiempos y lo que tiene en común con el copywriting

El erotismo de lo que uno calla.

En el copywriting está la pornografía, que es decirlo todo y cuanto más evidente más porno.

Y luego está el erotismo, que es sugerir. Enseñar la patita, pero esconder el resto.

El erotismo de las palabras.

Un buen ejemplo, aunque sea literatura, lo tenemos en un capítulo de Madame Bovary de Flaubert.

La protagonista, Emma, caprichosa y enamorada del amor romántico, -como una que yo me sé- queda con su amor platónico, León.

¡LEÓN!

Grrrrrrrrrr

🔥

(Hay que decir que Emma está infelizmente casada).

Bueno, pues en esta cita, en medio de una tensión sexual que se puede cortar con un cuchillo, se suben a un carruaje.

Emma y León en el carruaje. Las cortinillas echadas. Y ya, no sabemos mucho más.

Lo siguiente que nos cuenta Flaubert son las vueltas y revueltas que da el vehículo por las calles de Rouen. Lo cansados que están los caballos y lo desconcertado que va el conductor.

¡Ah! Y el bamboleo del cacharro.

Es decir, con unos pocos elementos: ADULTERIO, CARRUAJE, BAMBOLEO Y PASO DEL TIEMPO, el escritor consigue dibujar en tu mente un episodio erótico.

Sin decir nada. Ni teta, ni amor, ni pumba pumba.

Magistral.

Pero vamos a lo importante, ¿qué te quiero contar yo con esto?

¿Que tienes que escribir como Flaubert?
NO. Es imposible y además, el copywriting no es literatura.

¿Que tienes que escribir un Corín Tellado en tu web?
Ni se te ocurra.

Lo que quiero que entiendas es que tienes que encontrar esos elementos que dibujarán en la mente de tu posible cliente el viaje que tú quieres que haga.

Sin pornografía. Sin evidencias.

Un viaje sugerente.

Y esto se consigue investigando. Que es una de las cosas que hacemos en profundidad los copywriters.

Investigar tu negocio e investigar tu competencia.

Y ya, nadie dijo que fuera fácil.

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