Si no eres Donald Trump te ayudo a resucitar
Todos somos un poco desconfiados.
Y un poco cotillas también.
Por eso tenemos mirillas en nuestras puertas.
Para que el que llame al timbre enseñe la patita.
Y porque, cuando hay jaleo, miramos a ver qué pasa con el vecino.
Algunos no cogen el teléfono a números desconocidos.
Porque no si no conocen, no se fían.
Y todos, tú, yo, el vecino y la de la panadería, cuando nos interesa alguien, lo buscamos en internet.
Metemos su nombre en google y en facebook.
Y miramos sus fotos, sus contactos, sus logros y miserias.
En todas las redes menos en LinkedIn, porque esta aplicación nos delata.
Esto pasa en la vida personal y en la empresarial.
Si no te conocen, no se fían.
Si no se fían, no empatizan.
Si no empatizan, no hay pescado que vender.
Si no tienes un buen SOBRE MÍ en tu web, estás muerto
A no ser que seas, claro está, un Donald Trump o un Donald McDonald.
Aunque si eres Trump, el sobre mí, mejor te lo ahorras.
Si no eres Trump te ayudo a resucitar.
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